sábado, 8 de agosto de 2009

Un colibrí

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Un colibrí cae desde el cielo a tus pies,

explota en el suelo y se queda como muerto.

te intentas acercar para tomarlo para ver si esta herido,

casi al momento de abrazarlo con tus manos, de un salto vuela y se va a posar en una rama por una flor horaria, lirio blanco quizás, tal vez media eternidad.

Sólo le puedes ver el hermoso plumaje esmeralda,

deslumbra la luz en tus ojos claros, oro y verde turquesa,

porque sus dos alas extendidas están y son, a través de ti,

presenciadas por algo más que la existencia en sí,

su corazón late a toda velocidad, asustado y adolorido,

casi al momento de tomarlo con tus manos, de un salto vuela y va a posar en una rama por un lirio blanco, tal vez por toda la eternidad.

etz’nab’ik

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ayer viernes por la tarde casi a mis pies cayó y volvió a volar, y hoy un libro me dice que mi nahual es el colibrí, que coincidencia.

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